Se desapasiona el estío.
Migran cigüeñas y golondrinas
y al son del silbido del aire
voy entornando ventanas
y descorriendo cortinas.
Se están terminado de trazar
los últimos rasgos del rostro del Otoño
sumando una año más a tu adiós inesperado,
ése que desbarató instantes venideros
promulgó sollozos y lamentos
y avivó recuerdos acumulados.
Cómo cuesta de nuevo
volver a encerrar los pies en los zapatos,
pero no tanto como el saber que ya no estarás
ni aún llegando, prematuro, el próximo verano.
Aunque...
en cualquier estación estás pernoctando
y tan Elegante como siempre nos sigues acompañando.
A día de hoy sigues aquí, en la mía tu memoria
mojándome la misma lluvia y mirando el mismo cielo
como si a otra patria... no te hubieras marchado.