domingo, 24 de julio de 2011

Te tenía que decir...


... Que he contado siete amaneceres y varias madrugadas desde tu última vez.
Que cuando comienza a dominarme el sueño te quedas en mi pensamiento, porque no quiero que el olvido te alcance. 
Que he coleccionado unas cuantas Lunas desde que comenzó el verano.
Que he sumado, en ellas, ausencia y he restado dos palabras y algún abrazo.
Que apilé distanciamientos y desvelos y un poco de cansancio.
Que rescaté recuerdos, cartas y esquirlas de poemas incompletados.
Que trencé alguna lágrima seca con fragmentos de esperas y pedacitos de desengaños.
Que una estrella me robó montones de letras de los labios y silenció los murmullos de mis manos.
(Esos que, por diversas razones, no te llegaron).

Que supe que la noche es mágica, que une el ayer con el mañana para darme esos hoys que voy agotando con pisadas perezosas y sin rumbos acentuados. 
No sé cómo tus suelas andarán desgastando tus hoys y tus ratos. Ni si los estirarás o achicarás... Trato de imaginarlos.
Yo voy vaciando vacíos y saturando surcos... con dos ó tres lápices, miles de canciones, un puñado de amigos y forjando con vivencias y pinceles un desigual y borroso cuadro.
También hay algún "hoy" que lo debí de traspapelar en alguna esquina o en algún recodo del calendario.

Tú con tus hoys; yo con el míos. Los dos incrementando horas de diferentes longitudes en las hojas de nuestro diario; como decidiste... por separado.

Sé que tú preferirías que te hablara sobre el irrazonable atentado a Noruega, o sobre cuántos parados hay hoy de menos o multiplicados, o lo incomprensible de la marcha de Amy Winehouse, o de la reciente desaparición del Códice Calixtino, o de la guerrilla de El Cairo... (Desastres. Sólo hay catástrofes). Prefiero contar chinches en Conchinchina que hablar de tanto horror y tanto quebranto.



Así que aunque quisiera decirte... nada te diré.
Continuaré silente y menguante como una tortuga cuando se esconde...

Ya se hizo la hora de irme.
Volveré por aquí, sí.
Lo sé.
Y volveré a ti, también. 
Aunque no sepa, ahora, cuándo...
(pero sí el porqué).

viernes, 22 de julio de 2011

Esos pasos...

 

Arrecia la lluvia, se escuchan unos pasos.
Deja muy quieta su respiración para prestar mucha atención... son sus pasos.
De un salto se levanta. Desarruga su pelo y su vestido con las palmas de sus nerviosas manos... excitada, con la ilusión en sus labios.

Busca en la alacena una canción, en sus bolsillos esas palabras que quiere decirle, que le guardaba de antaño y a su mirada asoma el brillo que hace días le faltaba y ya le tenía olvidado.

Los pasos se aproximan, su sonido es más cercano.
Apaga la lámpara y corre a por velas de esas que tienen color de intimidad, olor a inquietud y alumbran a intervalos.
Quiere ir más deprisa y se descalza. Tropieza con una maceta que irreflexivamente salió a su paso.
Las enciende mientras la espera se hace tan palpitante como la llama y su sutil luz esclarece una figura que continúa avanzando.
Entorna la puerta. La lluvia cesó. Un frío viento inunda sus poros; no lo nota. Sí que el sonido de los pasos se hace más claro.
Se acercan, se acercan. Está llegando...

Pero no se detiene en su puerta... pasa de largo.
Le oye silbar; entona una melodía que a ella le sabe a exclusión, a sal, a vino amargo. Cada poco se escucha más lejos, se va distanciando.

Comienza, de nuevo, a caer una copiosa lluvia. No distingue ya la sombra y no se oyen ya los pasos.

Esos pasos...  no eran para ella. Fueron una quimera de algo anhelado y desterrado.

Tiene frío. Sus trémulos pies buscan sus zapatos y vuelve a refugiarse en su raído caparazón; algo parecido a un negro paraguas con  mariposas pintadas entre corinto y cobalto.

Hoy será un día más en el que las horas irán al revés. No apreciará si son de invierno o de verano.




jueves, 21 de julio de 2011

Palabras guardadas...



"Escribir es defender la soledad en que se está; es una acción que sólo brota desde un aislamiento afectivo, pero desde un aislamiento comunicable, en que, precisamente, por la lejanía de toda cosa concreta se hace posible un descubrimiento de relaciones entre ellas.
El escritor sale de su soledad a comunicar el secreto. Luego ya no es el secreto mismo conocido por él lo que colma, puesto que necesita comunicarle. ¿Será esta comunicación? Si es ella, el acto de escribir es sólo medio, y lo escrito, el instrumento forjado. Pero caracteriza el instrumento el que se forja en vista de algo, y este algo es lo que le presta su nobleza y esplendor."
                                                                                                                       María Zambrano.





Cuando no tienes nada que contar (y quieres) y sí mucho que decir (y no sabes)...
Las letras emergen a borbotones. Faltas de sentido; sin un principio, sin un orden, sin un final, sin una lógica, sin un intermedio...

¿Qué mísero motivo nos lleva a dejarlas dentro de nosotros?
Cuántas veces se quiso decir algo y no se hizo. Cuántas, después, no hubo ocasión de decirlas.
El silencio se apoderó de ellas. Se quedaron capturadas en él.

Un día haré un tapiz sólo con letras. Con mis palabras prohibidas, secretas, no escritas, no pronunciadas, sentidas y escondidas... guardadas.

Quizá no sea buena idea porque puede que me autoamoneste por no haberlas dicho en su momento.

Cuántas veces una sola palabra, que incluso te la muerdes para no dejar que se haga pública, puede cambiar una situación; como por ejemplo: dar la vuelta a lo que no quieres, evitar un distanciamiento, reparar una ruptura...  colmar un vacío.





No me gusta leer a esta mujer. A pesar de que te da las cosas ya pensadas... hace que ahondes y rebusques en lo que te está diciendo.
Pensar y volver a pensar según te vas descubriendo.


No. No me gusta
(Pero la busco)








miércoles, 20 de julio de 2011

Dame tu hora perdida...


De tu existencia múltiple dame la hora perdida,
cuando vacío de todo, no sientas ni la vida.

Cuando te encuentres solo, tan lejos de ti mismo
que te pese la mera conciencia del mutismo.

Cuando sientas tan fuerte desprecio por lo humano
que hasta de ti te rías, cual de cualquier gusano.

Cuando estés tan distante del farsante murmullo
que deshagas la fórmula de tu arrogante orgullo.

Entonces, ya vacío de todo, con tu nada
acércate a mi senda y espera mi llegada.

Yo te daré la nota más cierta de mi vida.
Tú me darás la nada de tu hora perdida.

Yo te daré inquietudes, sentidas emociones
que turben tu vacío y broten en canciones.

Tú me darás la nada de la inmortal mentira
de eternizar las cosas en su inmortal mentira.

Yo te daré verdades de todo lo tangible
para pesar la nada de tu vida insensible.

Y así, tú te darás en mí como si fuera
mi vida un aletazo de la ida primavera.

Que nunca ha sido, y siempre se extiende en nuestras almas
como verdad de nada, igual que las no almas.

Y yo me daré en ti como futuro incierto
de tiempos que no han sido, y canción que no ha muerto.

Y alzaremos en ritmo vibrante y alocado
la sublime mentira de habernos encontrado.

Yo, en la nada insensible de tu hora perdida,
y tú, en la también nada de mi frívola vida.

                                                                                                         Julia de Burgos


lunes, 18 de julio de 2011

Niebla...


En el aire (en tu aire)
se va masticando el sabor de una pena….
soledades (la tristeza)
que vagan sin rumbo recorriendo tus venas.
Y en tus versos (piel de letras)
el invierno encendido de unos ojos que esperan
la caricia (piel canela)
que no alcanza a rozarte con sus vocales quietas..

En tu aire ¡vuestro aire!
se respiró distancia, el dolor de la ausencia,
la tristeza (soledades)
vaciando de tiempo los relojes de arena.
Y en sus letras (fuego y carne)
se atrevió la nostalgia a hacerse dueña,
y la ternura ( inexpugnable)
se recostó en esa lágrima… que no cesa.
No hay preguntas, no hay respuestas,
no existen normas, ni reglas…
Le entregaste una caricia
¡que pudo llenar una vida entera!

Ella fue tuya, tú lo sabes,
se colmó de ti, de tu belleza,
ella fue lluvia fresca en la tarde
rociando de dudas la certeza.

Ella fue tuya,  tú lo sabes
 hembra y mujer, con  piel de letras,
ella fue verbo,  hoguera y carne,
se desnudó ante tus ojos ¡ojos de tierra!

Más no hay preguntas, ya no hay respuestas
no existen normas, no existen reglas…

Ella se ha ido, breve y escueta,
tras la quimera de su existencia.
Ella se ha ido con su tristeza
a sembrar mariposas sobre las piedras.

Ahora no existe, ahora ya es tarde..
perdida y sola
¡se sumergió en la niebla!

                                         Ángela.



domingo, 17 de julio de 2011

Callar o...



A veces debería guardar silencio
callar lo que veo, lo que escucho
voltear la cara y no darme cuenta
volver a mis oídos ciegos, y a mis manos mudas,
a mi lengua un trapo y a mi corazón de mármol
tendría que atar mis pasos, quemar mis ojos,
pero resulta que no puedo
no vivo por pasar el rato
ni acumulo ideas para ser más sabio
ni me grabo lo que escucho para repetirlo solo,
siempre a solas, bien alto.
Peleé con algunos por lo que hago
un día crecieron notas de mis dedos y otros fueron otros los que las tocaron,
me propuse extrañar tan solo en un horario,
hablo de amor porque lo busco
intento comprenderlo y no me es fácil
evito la intelectualidad tanto como puedo
y me aburro como nunca con quien me toma por eso.

Pasa que no estoy listo,
nunca estoy listo, y todo me sorprende y me provoca,
me extrañan tanto los aplausos como los abucheos
yo no espero otra cosa que no sea entendimiento
dejar una semilla curiosa que germine con el tiempo.
Estoy jugando, es cierto,
pero es que alguien se robo mi infancia cuando todavía era mía
y no por eso crezco,y no por eso grito,
grito porque me divierte ver saltar asustados a mis delirios.

A veces cuando salgo camino un largo rato,
sin rumbo fijo,
me detengo en los jardines, me siento en las banquetas y fumo un poco
mientras escribo mentalmente cosas que luego me olvido.

Esa es mi vida, cazar ideas
soñar despierto y casi siempre hablar dormido
y de vez en cuando,
cuando estoy de suerte,
hablar contigo.







                                              Edel Juarez


Ayer dije algo que no sé si debía hacerlo. Aunque digan que sí. Que debían saberlo.
Pero es que mi inquietud no premedita ni prepara el terreno.
Mis dudas van y vienen, no las controlo. Tampoco me planteo el hacerlo hasta que ya está hecho.
Siempre que ocurre algo así me digo que no volverá a ocurrir pero nunca acierto.
¿Es más sensato el que no tiene dudas o el que las deja correr sin exponerlas aunque sea a destiempo?
Mira que acudo muchísimo al silencio. No sé por qué me abandona en ciertos momentos.
Claro, que si no las soltara... el baúl de mis incertidumbres no se podría cerrar. Estaría lleno.


No sé si lo siento... Pero esa es otra cuentión.




viernes, 15 de julio de 2011

Enlaces al Cielo...



Hoy me he encontrado con una amiga de mi mami. Era su cumpleaños, 83 años.
Eeeeeh, mi madre es 10 años más joven.
(Sigo...)
Que volvía yo de que me arreglaran las uñas y me ha invitado a un café.

He recordado otro día similar, del pasado invierno, que también me la encontré cuando salía del centro de estética y que como me habían dado a primera hora la cita iba yo helaica.
Me preguntó que dónde iba tan aprisa y le dije que a casa a tomarme un café que tenía frio, a lo que me contestó que "qué coño (textualmente) vas a esperar a llegar a casa, ven que te invito yo a uno."

Entramos en una cafetería allí cerca y resulta que estaban desayunando algunas amigas de su quinta. Me senté con ellas y comenzaron a contarme sus cosas y sus chascarrillos y no os imagináis lo que me pude reír. Mucho hacía que no disfrutaba de tantas risas. Menuda marcha tenían. Vamos, que salí de allí casi dos horas después.
Ese día me pregunté que cuándo comenzaba la 3ª edad y por qué...

Y hoy, al charlar con esta mujer, he comenzado a pensar que cuánto tiempo queda de vida al llegar a esas edades.
Ya tengo tíos que sobrepasan los 80 y el recordarlo me produce escalofríos. (Lo mismo que pensar en la edad de mi perrilla, ya cumplió 13 años)
Pienso que teníamos que decidir nosotros cuando morirnos, ¿no?
Claro, que puede que también nos arrepintiéramos de habernos muerto por un disgusto, un desamor, un berrinche o una pataleta y querríamos resucitar.
Entonces tendríamos que tener más de una vida, para poder volver... ¿verdad?

Tendría que haber una escalera al cielo para poder subir y bajar.
Cuando nos sintiéramos cansados de la vida ir allí a descansar, reponernos y luego volver.
Una escalera o un puente o... las dos cosas!

¿No os parece buena idea?
¿Votamos por ello y recogemos firmas a ver si nos lo conceden?

En mi calle hay un puente
que llega al cielo:
en un lado está Topo,
al otro el abuelo.

__Corre Topo, que anoche
mientras dormías,
se te llevó una estrella
a la otra orilla.__

Anda, ven; no te asustes,
no tengas miedo,
Voy a hacerte un collar
con mi pañuelo.

Te traerán acuarelas
los querubines
para pintar la luna
de colorines.

                                                    Victoria López. (azul)
                                                          De su libro de poesía infantil: Colorines.



Mi perrilla Luna, la madre de Rubi, y mi padre... se marcharon el mismo día de aquel mítico año (el 2000). No sé de cuál de los dos fue la idea de emprender ese camino juntos. No me lo dijeron antes de irse y después no han vuelto para contármelo.
Lo que sí sé es que se fueron acompañándose de mutuo acuerdo.

Dios!... Ya han pasado casi 11 años y no hay día que no los recuerde.

Un beso.








jueves, 14 de julio de 2011

Hoja en blanco...


Cuando el olvido se apodere 
del color de nuestros ojos,
de nuestras formas de mirarnos,
de la manera de decirnos,
del modo de pensarnos, 
de la codicia de buscarnos,
del ansia de encontrarnos,
de la tristeza de no vernos,
de las ganas de tocarnos,
de las canciones que escuchábamos,
de las letras que nos destinábamos, 
de los silencios que nos confundían,
de la espera del abrazo,
de la palabra que se hacía sonrisa,
de la sonrisa hecha milagro...

Cuando no nos deje contemplar la misma Luna,
ni que nos caliente el mismo Sol,
ni que nuestras Noches caminen
en una misma dirección.

Cuando nos quite las grietas de los labios,
los versos de la piel,
los besos de las manos,
la raíz del corazón,
las llagas del Otoño,
las espinas de pasión...

Cuando disgregue
la complicidad
de nuestras Sombras
dividiéndolas en dos.
¿Qué nos quedará del uno en el otro?

                                                    La muerte deja ausencia. Recuerdo.
                                          El olvido... inexistencia. Nada.

Seremos tú en mí y yo en ti...
ni un murmullo lejano
ni un instante compartido
ni un momento cruzado 
ni... tan siquiera
-una hoja en blanco- 



miércoles, 13 de julio de 2011

La Soledad de la Luna...


En esas noches tan oscuras que ni la luna se divisa... Se sienten tan solitarias las horas que hasta las estrellas desaparecen tras las lágrimas.

La soledad es muy compleja.
Hay tantas formas de sentirla, de huírla o de buscarla.

Pero aún en los momentos que vas a por ella y la quieres como amiga, sueles necesitar a alguien a tu lado.
Es cierto que la imaginación colma muchos vacíos, pero... los recuerdos no abrazan.

El firmamento puede ser un maravilloso punto de encuentro.
Si algo te impide llegar a él... ¡píntalo!


Si alguna vez me recuerdas, no me encuentras y quieres saber de mí...
"Búscame entre las estrellas"
Allí estaré........  esperándote.

No importa cómo sea la distancia cuando hay un cielo que nos une.




La Soledad de la Luna,  de Javier Marco, protagonizada por Victoria Ortíz de Zárate... quedó finalista en el III concurso de cortos de RTVE.




A pesar de la melancolía y la nostalgia... tiene ese punto de fantasía que hace soñar en tecnicolor.

He sonreído.
Me ha entristecido.
Me ha enternecido...
Me ha emociando.

      Me ha gustado.


martes, 12 de julio de 2011

Sola...


Caen las horas,
cae la tarde,
cae el silencio,
caen las sombras.

Al trasluz
de un -claro de luna-,
en mi seco diario caen
las robadas y no dichas
letras
sobre sus hojas...

Voy quitándole:
A la ausencia, dolor
al dolor, silencio
al silencio, calma,
a la calma, tiempo
al tiempo, olvido
y al olvido... alas.

Cae la noche.
No hay eclipse.
Sumo y resto
y el coeficiente
binomial es:
nada.

Calladamente...
llegó el momento de bailar
... sola.



 

lunes, 11 de julio de 2011

Escríbeme...


Hay letras que llegan en su justo momento. Algunas llegan tarde, otras ni llegan...
Hay letras que rompen esquinas, que se pelean con el viento para abrazarnos; otras... hacen daño por su inexistencia.

Pero, cuando no me encuentro y mis pasos se dirigen bajo la lluvia a un punto desconocido e indeterminado... dejo que mis dedos troten por todos los signos del abecedario; crean un círculo y allí me refugio y resguardo hasta que la tormenta ha escampado.

Si me escribes... puede que mi desconsuelo y desamparo sólo dure un rato.





Olvido...



Voy a cambiar tu recuerdo por mis libros,
por mi casa pequeña, por mi cuarto,
voy a cambiar tu amor
por el de nadie
por otro nuevo verso, por
alguna canción.
Voy a sustituir tus ojos grandes y limpios
por un nuevo cielo de sueños y esperanzas
y tu sonrisa por la de algún niño,
tus caricias por el viento y la brisa
por el agua.
Te voy a reemplazar por una estrella
por un poco de nostalgia, por un parque.
Trataré de no verte, ni buscarte, y así
volverte olvido y pensar que te marchaste.
Te voy a negociar con la esperanza
por cosas nuevas y viejas de la vida,
donde no pueda hallarte ni sentirte,
donde no esté tu voz ni tu piel,
ni tus manos.
Tendré así mi cariño ocupado
en otras cosas.
No le daré un momento a tu recuerdo
y quizás al descuido de un verso
vislumbraré tu  figura y el ansia de tus besos.
Voy a tomar un tren de indiferencia
donde no viajes tú, donde
no duelas.
Voy a cambiar tus días con el sol
del olvido, voy a cambiarte amor,
por un poema.

                                                                             Rafael Maya