lunes, 12 de septiembre de 2016

(Sin pecho)














No en tiempo, ni en lugar,
que no existo cuando ocurres,
mientras pasas.

Puente a la demencia
entre mi invierno blanco
y tu indolente primavera,
saña en plena flor
con la que barres
el otoño en mis aceras,
eres,
más que otro sueño, el planeta.

                             (A.M.C.)


sábado, 19 de marzo de 2016

Interesante... :)


Aviso: Últimas plazas.

Clases de Primavera/Verano, para hombres en el Centro de Aprendizaje para Adultos.
Matrícula abierta hasta el 31 de Abril del 2016.

NOTA: Debido al alto nivel de complejidad eN su contenido, los cursos serán limitados a un máximo de sólo 8 participantes.

CLASE 1:
Cómo llenar los cubitos del congelador.
Paso a paso, con presentación y diapositivas.

CLASE 2:
El rollo de papel higiénico... ¿se cambia solo?
Discusión de mesa redonda.

CLASE 3:
¿Es posible orinar usando la técnica de levantamiento de la tapa y esquivando el suelo, paredes y bañeras cercanas?
Práctica en grupo.

CLASE 4:
Los platos después de la comida...
¿Pueden levitar y volar hasta el fregadero solos?
Ejemplos en vídeos.

CLASE 5:
Pérdida de Identidad.
Entregar el mando de la Tele a tu pareja.
Líneas de ayuda y Grupo de apoyo.

CLASE 6:
Aprender a encontrar cosas.
Empezando con:
-Buscar en los lugares correctos y no ir poniendo la casa patas arriba mientras se busca.
Foro abierto.

CLASE 7:
Cuidado de la salud. Llevarle alguna flor, por ejemplo, a tu pareja no daña tu salud.
Gráficas y cintas de audio.

CLASE 8:
Los verdaderos Hombres preguntan las direcciones cuando se pierden.
-Testimonios de la Vida Real.

CLASE 9:
¿Es genéticamente posible no decir nada mientras Ella aparca el coche?
-Simulaciones en práctica.

CLASE 10:
Aprendiendo a Vivir. Las diferencias básicas entre una madre y una compañera.
-Clases online de role-playing

CLASE 11:
Cómo ser el compañero ideal de compras:
Ejercicios de relajación, meditación y técnicas de respiración.

CLASE 12:
Cómo combatir la atrofia cerebral... acordándose de cumpleaños, aniversarios y otras fechas importantes y avisando cuando se va llegar tarde.
Sesiones de terapia de Shock cerebral y lobotomías completas disponibles.

CLASE 13:
El horno: Qué es y como se usa.
Demostración en vivo.

NUEVA NOTA: Los diplomas serán otorgados únicamente a los supervivientes.



(Pero... son adorables! :) 


A LOS PAPIS, A LOS PEPES Y A LAS PEPITAS...


domingo, 31 de enero de 2016

Inarmoniando...

Alguien que sepa frenar Enero, 
               alguien que sepa que viene fuerte...


Se anunciaba frío: rezumado y tardío...

Quise haberme encontrado contigo
cuando, sin guía y sin cauce,
en los deslizables grises
rastreé los tejados.

Quizá nos habríamos sentado,
en el soportal de la madrugada,
a descorchar penumbras
respirándolas en nimios sorbos;
despaciosamente al principio,
borboteadoramente después
hasta desaparecer.

Permutando las sombras,
deshojándolas...

Abúlico tú?. Como pensándotelas.

-¿Qué es inarmoníar?
     - Desmemoriar?
     - Extraviar?
     - Resbalar?
     - Derramar?
     - ¡¿Perder?!
                          -- Orfandad--


Inarmónica yo?... Como confeccionándolas?
(¿Se cosen las sombras?)

Aún no sé...

Te recuerdo
a lomos de esta nostalgia que,
en silencio,
quedose en mi piel atorada
sin destiritar los miedos;
sin descorrer los olvidos,
sin desmedir la distancia.

Se anunció el frío,..
No se hace, en exceso, aguardar.
Relente,

Vaho en los cristales
abren la noche de par en par.
Una especie de lágrima,
inarmónica,
la va mojando.

Me destejo contemplándola.

El invierno me abrigó...

Muere Enero.





jueves, 17 de septiembre de 2015

Sigues...


Se desapasiona el estío.
Migran cigüeñas y golondrinas
y al son del silbido del aire
voy entornando ventanas
y descorriendo cortinas.



Se están terminado de trazar
los últimos rasgos del rostro del Otoño
sumando una año más a tu adiós inesperado,
ése que desbarató instantes venideros
promulgó sollozos y lamentos
y avivó recuerdos acumulados.



Cómo cuesta de nuevo
volver a encerrar los pies en los zapatos,
pero no tanto como el saber que ya no estarás
ni aún llegando, prematuro, el próximo verano.



Aunque... 
en cualquier estación estás pernoctando
y tan Elegante como siempre nos sigues acompañando.

A día de hoy sigues aquí, en la mía tu memoria
mojándome la misma lluvia y mirando el mismo cielo
como si a otra patria... no te hubieras marchado.

jueves, 23 de abril de 2015

El Hueco...



Mamá solía decir que la carcoma se comió su pecho. Lo cierto es que tras la amputación, mamá se encogió sobre si misma y trató de esquivar el mundo.

Ella, que como prestigiosa abogada, siempre se jactó de ganar los pleitos más difíciles, también nos esquivaba a nosotros, su familia. Entonces, yo comencé a echar de menos sus caricias y sus desternillantes cosquillas...

Un día le sugirieron hacer deporte, para así depurar su cuerpo de las toxinas de la quimio. Mamá se enfundó unos pantalones ajustados, una sudadera dos tallas más grande (Así se disimula el "hueco", decía) y se echó a la calle a correr.

Mientras corría se sentía bien ("Para la gente soy apenas un reflejo que pasa"), y cada día alargaba un poco más el tiempo y la intensidad. Pronto ganó en tiempo y velocidad al resto de vecinas con las que se cruzaba en el parque. ¡Refulgía su espíritu de campeona!

Viendo sus progresos papá, le sugirió que participase en una carrera oficial:

-El cross de mujeres que se celebra todos los años por primavera nos viene perfecto. ¡Pero que no se enteren tus contrincantes que corres con menos peso! -dijo papá con guasa, tratando así de aligerar la tensión sobre su peso ausente.

La sorna con la que papá planteó las cosas, convenció a mamá, que preparó a conciencia su debut. 

El día de la carrera mamá lució sus bonitas piernas ("Estos pantalones cortos me favorecen") Y un maillot apretado que ponía en evidencia el hueco ("El dorsal lo cubrirá"). Cuando escuchó: preparados, listos, ¡ya!, comenzó a correr.

Imaginaba que suya sería la victoria, como siempre.Siempre había soñado con ganarlo todo. Hasta ese día en que comenzó a correr después de escuchar el ¡ya!

Corrió como nunca. Pero no pudo encontrar la meta, ya que le hueco que portaba en su pecho, pronto lo llenó todo. El vacío, la nada, se expandió desde el hueco de su pecho y cubrió todo su ser. Mientras corría, su mente le recordaba las peroratas de triunfadora que exhibió ante los estrados en el ejercicio de su profesión y el vacío que la seguía en la intimidad de las noches, cuando reconocía los principios subyugados, en el alar de esos triunfos. También de vacío se cubrieron sus recuerdos más familiares e íntimos: la injustificada ausencia cuando la abuela falleció y ella se encontraba en viaje de negocios; el día que papá me llevó a urgencias cuando me descalabré por el tobogán y ella no atendía al teléfono; sus tardías apariciones en mis fiestas de cumpleaños...
Ese día de carrera, mamá no pudo encontrar la meta. En la segunda vuelta abandonó la marcha, nos buscó entre el gentío y nos abrazó con fuerza.
Ese día, mamá se encontró a si misma. ¡Y nos encontró a nosotros con ella!

Miguel Ángel Gayo.
Ganador del I certamen "Cuentos para un cross"

                                                      - - - - - - - - - - - - - - - - - - 

Corto solidario, dirigido por Paco León en colaboración con Buckler 0,0.



(Todo ello... robado del blog de Francisco Masa: "Millas y Birras", en el Día del Libro.)

domingo, 22 de marzo de 2015

Tiempo...

























1
El beso que no te di
se me ha vuelto estrella dentro.
¡Quién lo pudiera tornar
y en tu boca... otra vez beso!

2
Quién pudiera como el río
ser fugitivo y eterno:
Partir, llegar, pasar siempre
y ser siempre el río fresco...

3
Es tarde para la rosa.
Es pronto para el invierno.
Mi hora no está en el reloj...
¡Me quedé fuera del tiempo!

4
Tarde, pronto, ayer perdido...
mañana inlogrado, incierto
hoy... ¡Medidas que no pueden
fijar, sujetar un beso!...

5
Un kilómetro de luz,
un gramo de pensamiento...
(De noche el reloj que late
es el corazón del tiempo...)

6
Voy a medirme el amor
con una cinta de acero:
Una punta en la montaña.
La otra..., ¡clávala en el viento!


Dulce María Loynaz del Castillo.

viernes, 20 de marzo de 2015

Vencer...

¿No emergerá, ya, de esta disyunción,
espejo que, de un mí a mí,
me retorne en sonrisa;
ni peine que me enmarañe,
ni leño que me ahogue en sonrojo?


















Deshumedecida la piel. En la boca desierto.
Silencios en el tintero.
Vacía la pluma, vacía las ansias.

Sombra tan bruna como la oscuridad.
Siento - me.

"Me observaba y replegó
al verme,
como una luna de agua
entre la pasividad de las olas,
temblar."

Mirarle y deslumbrarme.
¡Fascinación fatal!

La ausencia me vive.
Vivir me decapita.
Olvidando - le.
Recordando - lo.

Tanta nada me llueve que invoco al llanto.
Imploro tormenta
sin nombre propio.
Venciendo - me.
Devastando - te.

Ya regresa.
Ya marchó.

Se supone que era pasado Febrero, y él... el Sol.

                                                          -¿Cuándo comienza la primavera?-

                                                í
                                             u
                                               q
                                                 a                                              ó
                                                                                                    h
                                               o                                                  c
                                              v                                                      r
                                           u                                                           a
                                        t                                                                 m
                                      s
                                   e                                                                          e
                                                                                                                s
                                    e                                                                                a
                                 r                                                                                    c
                                p                                                                                   n
                          m                                                                                           u
                      e                                                                                                    N
                  i
              S

jueves, 19 de marzo de 2015

Las puertas del alma...


He cerrado una a una las puertas del alma...
quedándome a solas, en silencio, a oscuras,
pero siempre hay alguna que por no tener cerrojo,
me lleva a escondidas, por doquier, a su antojo.

Con atisbo de luz parten afanosas ilusiones,
los ojos ya cansinos no quieren ni mirar.
¿Cuántas veces me levanté entre ruinas
cayéndome de nuevo, dejando de soñar?

Ardiendo el horizonte ya no me conmueve,
la memoria temblorosa del mar se esfumará.
Las rosas de la tarde se esparcirán en vano,
la caricia perdida ya nunca volverá.

La lluvia generosa bruñida de esperanzas,
     ávida, piadosa, no calmará mi sed.
     La luna somnolienta sobre el suelo dispersa
     me regalará el paisaje que ya no quiero ver.

                                                                                                          Dora Forletti.

jueves, 22 de enero de 2015

Calculando...

Con precisión de relojero
cuento tu ausencia;
minucioso, cuento el tiempo que nos separa:
instantes que me niegas,
momentos en que me olvidas,
días ausentes como hoy...
Cuento tiempo vacío y apunto
soledades sin cuento.
Triste haber el mío que sólo registra tiempo
vacío con exactitud y detenimiento.
Calculo tu ausencia con empeño enfermizo
y no me cuadran los días sin ti.
"¿Cuánto durará la eternidad?", me pregunto,
"pues empezó ayer", me contesto resignado.

Pepe García Resille.

martes, 13 de enero de 2015

Algarabía...





















Me gusta soñar despacio
ocupar la tarde con palabras
que no saben a recuerdo. Algarabía.
Algarabía admite cualquier destino
como una colina sin horizonte,
te recibe o te despide sin esfuerzo
con la ilusión de una mano que da.
Si tuviera un hombro donde apoyarme
le entregaría los Otoños llenos de gracia
y el azar de mis poemas más audaces,
marcharíamos desnudos
sin otro comienzo que el primer paso
sin otra contienda que conjugar la vida.
Qué algarabía la del sol cuando es caricia.

Me gusta soñar despacio,
recorrer la distancia de una hora
sabiendo que sobran minutos,
de cuando en cuando me permito un pensamiento
después recojo el ocaso, y amo, después.

¿Qué es la algarabía?
Respirarte.

Alfredo Cernuda.


lunes, 12 de enero de 2015

Caminaban...















Caminaban
los gigantes
por la playa.
Con las algas
y las piedras
las espumas
soterraban
a lo lejos,
en la arena
de castillos 
sin almenas,
esa infancia
desterrada
que fue mía.

Recuerdo
el corpiño
en las murallas.
Recuerdo
que era niño
cuando encallara,
desnudo
y sin alma,
ante la Escila
azul
y arrogante
de su mirada.

Elgor

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Tesón...

Has partido a un lugar
en el que yo, con el tacto,
no puedo acceder.

Te pienso, momento a momento,
con tesón luchando.
Tú, seguramente, a mí,
sosegadamente me estás imaginando...

Y así seguiremos:
-las zapatillas de baile esperando-
Remando con la esperanza
y con proeza en la batalla
concentrados.

Andaré por donde anduviste
con tus huellas a las mías pisando;
bruñendo lo que innecesariamente se hizo
tempestivamente necesario.

Vuelve, pero si no lo haces...
no me hagas saber que te has marchado.

sábado, 30 de agosto de 2014

Partir...















Dichosa austeridad en palabras y actos
que no desintoxica e inficiona... tanto
como el hálito de la rutina
al coexistir, seguida, tanta vida
colmando vaso, rincones y flema.

-Partir-

Pareciese que fuere llorando angustias
y nostalgias enhebrando,
pero... no.
En los raíles trota celeridad
desvirgando soberanía
con la sonrisa por dentro.

Prometiendo distancia
se han de cabalgar otros cielos...
derramándose en otro venero.

Sin dirección al tedio,
desamparando hastíos,
como quien no quiere... partir,
y el deseo es sí.

Partir ya. Éso:
emigrar...
trovando y queriendo.



jueves, 28 de agosto de 2014

Subsistencia...


Anda desorientada la clave. 
No sabe si era Do o, quizá, es Fa...
No sabe si es fábula, farándula o fantasía,
como tampoco sabe qué pentagrama pisar,
ni en que canción acampar.

No pidió nacer y, a veces,
quisiera regresar al abismo
del que cree que procede y no recuerda
... pero,
desdeña ese pensamiento y entrada le niega.

En las madrugadas de las mayorías de las lunas
que ya hábilmente explora...
la tercera de su primera persona
despoja toda la calderilla acumulada
de brumas, lañas y erratas.
Sin conciencia, aún dormida, despierta... buscándose
queriéndose hallar apoyada
en la almohada que deplora,
disipando el sueño
y deshaciendo fantasmas;
a sabiendas de que trae del día
y de las horas no trasnochadas
varas de lirios con esquejes de cardos
en oscuras sombras clavadas
que dejan a su corazón desfigurado
tantas veces... que
es un rito obligado
el desbaratar la calígine del crepúsculo y
el desmorir a diario.

Tantas veces sube a la gloria sin pisar peldaño
como tantas desciende a lentos pasos
en suelo rocoso, duro y raso
y en ello... para subsistir,
en notas, como espejo golpeado, se deshace
y en música, con cada una de sus partes,
se torna al instante.

lunes, 18 de agosto de 2014

La despedida...


   Graciela entra en el salón cariacontecida y, sin decir nada, se sienta a los pies de su madre, que lee sentada en su butaca favorita, y apoya la rubia cabeza en su regazo.
La madre aparte el libro que está leyendo y, acariciando el cabello de la niña, pregunta:
   -Qué te ocurre? ¿Por qué traes esa cara?
La niña lanza un hondísimo suspiro, como de persona que carga con un gran dolor, y levantando la cabecita responde:
   -He estado hablando con papá.
   -¿Sobre qué? -vuelve a preguntar su madre.
   -Sobre lo de hablar y jugar con gente que no existe -replica Graciela jugueteando con los flecos de la manta que cubren las piernas de su madre-. Dice que debería dejar de inventar cosas, que ya soy muy mayor para tener amigos imaginarios.
   -¿Y a ti qué te parece? -pregunta su madre apartándole el cabello que le cae sobre la cara.
   -Bueno -Graciela, sin cambiar su triste expresión, se encoge de hombros y se remueve incómoda-, quizás tenga algo de razón pero yo no entiendo qué tiene de malo lo que hago.
   -No tiene nada de malo pero, como te ha dicho papá, a tu edad no es normal seguir con ese tipo de historias y supongo que eso le tiene algo preocupado. Los amigos imaginarios están bien cuando eres pequeño pero a tu edad ya no lo necesitas.
   -Ya... supongo... -replica Graciela que, abrazada a sus rodillas y con la barbilla apoyada en ellas, comienza a balancearse mientras mira la lluvia que tamborilea en la ventana-. Yo no quiero que se vaya, me gusta estar así. En realidad no creo que me lo esté imaginando para nada pero si vosotros insistís...

   Su madre la contempla con el corazón convertido en un pequeño nudo. Graciela debía tomar una decisión muy difícil y ella no podía ayudarla por mucho que quisiera.

   El padre entró en el salón y se sentó en el suelo junto a ella.
   -¿Le has contado a mamá lo que hablamos?. -preguntó en un susurro.
   -Sí -respondió Graciela-, me ha dicho lo mismo que tú.
   -Bien -dijo el padre y ambos guardaron silencio.
   Tras un rato, Graciela suspiró lastimeramente y se giró hacia su padre limpiándose las lágrimas que, desde hacía un rato, corrían silenciosas por sus mejillas.
   -De acuerdo, papá -dijo Graciela lentamente-, tienes razón. Tienes que irte.
   Su padre sonrió con tristeza y, mientras la abrazaba por última vez murmuró en su oído:
   -Estoy muy orgulloso de ti.
   La madre, con lágrimas en los ojos, miraba a su hija que, abrazada a lo que para ella sólo era aire, daba su último adiós y su último beso a un padre que había muerto hacía ya tres largos años.

                                                                                                    Nanny Ogg.





miércoles, 13 de agosto de 2014

Indulgencia...





















Genuina se cierne,
entre claroscuros,
la piel matizada, llagada e ilesa
que aquellas manos laudables,
en sublime fervor de emboscada,
no se aventuraron a pigmentar
de arrebol
e hirsuto quemazón.

Como vestigio de misterio:
mitad averno, mitad cielo,
abdicó él, no sin postular,
aún con bruma por mirada
y por ardiente arteria
rima fiel ensortijada,
en la algarada de aquella
a la que impuso castidad.

Desde la fortuita y sibilina
indulgencia
de la que ya no se espera tregua
en pos del ocaso,
sin revestimiento ni exordio,
consagrándose a la cautela
inane y forzada
del no retornar de algún modo...
quedose, ella, delimitada
como trazo de pólvora que,
en dicha amnistía,
... es sacrificada.


martes, 12 de agosto de 2014

De Rojo...


Hoy voy a ponerme un vestido rojo
ajustada la cintura
desnudo el cuello
suelta la caída...
Sé que no tengo en mi armario nada así
pero hoy he de pintar roja mi boca
aunque solo eso sea...
porque siento
la sangre sublevada en mis labios
mis dedos bailando un merengue
y en la punta de los pies
un ritmo obstinado buscándote...


Irma Pérez.

sábado, 9 de agosto de 2014

Desmemoria...




Aún diviso, sin mirar, 
espaldas frente a frente,
el rastro de su sombra.

-Ya se va-






Tenía que haberle dicho que
el inmenso deseo de que mi voz
se alíe con su aliento
se transforma en una añoranza más,
pero... que
a diferencia de las anteriores,
en ésta,
la fragilidad me ha poseído
en forma de cascada ambulante
e inunda cada una de las letras
de mi cuaderno,
de dos rayas,
con caligrafía de párvula.


Y, también, que
las gaviotas que cada tarde
me avistan
son iconos imparables
que se llevan mis anhelos
a una bahía sin nadie
y en su vacío dejan nada.

¿Nada?
Nada... no.

Depositan mutismo
en el escaso aire...
trocando la playa
en la que sobrevivo
en sal, sangre y brea,
a la intemperie
sin agua, sin brisa, sin arena,
ni hueco en el que guardarme
y que,
como una cicatriz alcoholizada,
eso,
... escuece y arde.

Quería decírselo,
pero no le dije nada.

Mi confesión,
como tantas veces,
hecha un nódulo,
en la memoria,
no estaba presente.


lunes, 4 de agosto de 2014

Dejadez...

He dejado de mirar,
de ver lo cercano,
también lo alejado
y de hacer cábalas.
El cuerpo sigue danzando,
el corazón borboteando.
... Aunque viva la savia,
la mente muerta
no suma cuentas.
Ausencia de palabra
pensada:
vacacional... veraneada.

Se ha de entender que 
el abandono
a la discapacidad es,
también,
un estado del alma.


(Quan menis ho esperem plouram muses...)

martes, 29 de julio de 2014

Siemprear...


Era, hasta en la expresión de su decir, tan bella como la ola que, pícara, desentonaba en la mar aburridamente calmada; o como la luz que se filtraba cuando, entre tinieblas, la oscuridad acechaba; o como la amapola que, salvaje, crecía en tierra desértica, árida y extraña.

Las musas la perseguían, pero daban traspiés ya que iban descalzas. 
Ella, con sus chanclas de colores, entre risas gritando, más que cantando, "help"... se negaba a ser alcanzada.

No fue capaz, por más que quiso, de dedicar una Oda a su majestuosa Alhambra, aún adorando todos sus rincones y cada una de las piedras que daban gloria y nombre a su querida Granada.

Tantas palabras trabadas como letras desencontradas cincelaban su blanco lienzo... el cual esperó, paciente, renacer con un corazón transcrito con todo lo que ella estaba sintiendo y no se atrevió a dejarlo brotar para ser leído y conocido.


Hay tiempo para volver a intentarlo.
Siemprear fue, será y es... ayer, hoy y después.

Siemprea, ¡help!
¡No hay pasado!

La luna está llena de socorros, tanto como mi alma cautivada por locos, colgados del cielo, como tú, como yo... que lo seguimos intentando aún en los intervalos del "ya veremos", del "no sé" y del "de cuando en cuando".

Si continúas siempre siempreando la imaginación no quedará sin saldo y lo que, real y no, deseas... llegarás, apasionadamente, a tocarlo.

lunes, 14 de julio de 2014

Color tristeza...

Sólo quedamos dos almas.

Pájaros y humanos desaparecieron
de aquella calle peatonal
tras iluminarla el rayo
y unas cuantas gotas el asfalto barnizar.

Volvimos a vernos después de,
en aquél aguacero demorado,
nuestra primera vez devorar
compartiendo paraguas y humedad.

Ya no fue lo mismo.
Baldosas mates y difusas,
piel almidonada,
nubes púrpuras...
amorataban boca y faz.

Unos ojos castaños glacial,
los otros azul hielo.
Locuacidad lacerada.
En las plantas: estiaje céreo.

Con cierta pesadumbre,
convinimos esperar a que,
entre noche y tierra,
lloviese otra vez...
mas se duda que gotee
lo que nos reconvirtió
... al revés.

No pensábamos indiferencia,
pero se asemejó
con un color crepúsculo
de tristeza, tal vez.

Endeudódese
lilas y lirios con el paisaje.
Y él... conmigo.
Y yo... con él.