Caminaban
los gigantes
por la playa.
Con las algas
y las piedras
las espumas
soterraban
a lo lejos,
en la arena
de castillos
sin almenas,
esa infancia
desterrada
que fue mía.
Recuerdo
el corpiño
en las murallas.
Recuerdo
que era niño
cuando encallara,
desnudo
y sin alma,
ante la Escila
azul
y arrogante
de su mirada.
Elgor