Voy a cambiar tu recuerdo por mis libros,
por mi casa pequeña, por mi cuarto,
voy a cambiar tu amor
por el de nadie
por otro nuevo verso, por
alguna canción.
Voy a sustituir tus ojos grandes y limpios
por un nuevo cielo de sueños y esperanzas
y tu sonrisa por la de algún niño,
tus caricias por el viento y la brisa
por el agua.
Te voy a reemplazar por una estrella
por un poco de nostalgia, por un parque.
Trataré de no verte, ni buscarte, y así
volverte olvido y pensar que te marchaste.
Te voy a negociar con la esperanza
por cosas nuevas y viejas de la vida,
donde no pueda hallarte ni sentirte,
donde no esté tu voz ni tu piel,
ni tus manos.
Tendré así mi cariño ocupado
en otras cosas.
No le daré un momento a tu recuerdo
y quizás al descuido de un verso
vislumbraré tu figura y el ansia de tus besos.
Voy a tomar un tren de indiferencia
donde no viajes tú, donde
no duelas.
Voy a cambiar tus días con el sol
del olvido, voy a cambiarte amor,
por un poema.
Rafael Maya