sábado, 30 de junio de 2012

Refugio en "B"...




El trigal huele a derrota.
Me turba su ronco ladrido oscurecido
jadeando delirios en ése rudo aullido.
 
Desgrano, como si fuera maíz, el temor
amasando la tentación de irme sin aviso
troquelando la llave sin tija, sin giro.
 
El frío repta por el cristal de mi copa
tornando toda terneza en acedía;
brechas de acuidad cercenan,
sin acatamiento, la deliberada huída.
 
Desasosiego y quietud
nacen y viven abrazados.
A veces, batallan...
consumiéndose soñando.
 
¿Cómo será el dejo de su labio?.
Imagino la directriz de sus manos.
 
Me estremezco y... me quedo
a sabiendas de que él será...  ya,
sin enmienda, -en negro-,
el refugio de mi oscilación.
 
Mi estuario... Mi único verano.