Caprichos encerados
en el margen de sus letras,
en la sangría de las mías
despeinan las horas.
Silencios, en el tic tac,
viven a tientas,
deslizándose sigilosos
por los huesos del reloj.
Paréntesis sin contexto
no es antídoto
entre su voz aterida
y el frío de la mía.
Momentos desnudos
... se avecinan.