Madre, ya soy tú,
como tú, visto de gafas, y las limpio
con el vaho de tu boca.
Repito tus frases, hechas mías.
Ya interioricé y he puesto a prueba tus consejos,
ya tengo tu sentido del humor y río a carcajadas en la lluvia,
ya he probado tu cáliz y no quiero.
Más madre que hija soy y, sin embargo, busco
tu regazo cada noche,
como cuando Yo era yo
y tú eras la mujer que soy.
Ángeles Fernangómez.