jueves, 12 de abril de 2012

Declaración...

Hace muchos, muchos años, leí un libro que era algo así como un "mamotreto".

Con 17 ó 18 años me atrevía con todo y no me asusté de ver tantas hojas.

Se titulaba "La montaña mágica". Lo escribió Thomas Mann y fue un Premio Novel allá por el 1920 ó así.

La verdad es, que recuerdo, que se me hizo un poco pesado aunque tenía su "aquél" y siempre que me detenía por atosigamiento volvía a un pasaje que me llegué a saber de memoria por las veces que lo leí, ya que llamó mi atención intensamente.
Me pareció una declaración de amor romantiquísima a la vez que erótica y apasionada.

Tuve que acudir a los libros de ciencias para buscar dónde estaban situadas ciertas partes del cuerpo.

Lo he buscado y lo he encontrado...


Hans Castorp a Clawdia Chauchat le hace esta declaración:



«¡Sí, Dios mío, déjame sentir el olor de la piel de tu rótula, bajo la cual la ingeniosa cápsula articular segrega su aceite resbaladizo! ¡Déjame tocar devotamente con mi boca la arteria femoral, que late en el fondo del muslo y que se divide, más abajo, en las dos arterias de la tibia! ¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y palpar tu vello, imagen humana de agua y de albúmina, destinada a la anatomía de la tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos!».






Ainss, lo que hubiera dado por haber sido escritora y saber expresar todo lo que le llega a mi mente.