sábado, 2 de junio de 2012

Fuiste y serás...
















Me diste tu inmenso cariño
sin pedirme nada a cambio
me lo regalabas a diario
aún en los momentos
que no te hacía caso.


De los ocho hermanos
fuiste la más rubia, la más pequeña,
la más callada y la más guapa
y cuando te quedaste sola...
la más lista, la más revolera,
la más escandalosa y la más espabilada.

Fuiste la tercera en nacer,
la última en abrir lo ojos,
la primera en ver el mar,
la primera en pisar la calle,
a la que más se te quiso
y la única que te quedaste.

Tu madre, para acompañar a mi padre, 
se marchó hace casi doce años,
y las dos, tú más a mí que yo a ti, nos consolábamos.
Ellos, se fueron los dos juntos...
Hoy, tú sola, te has empeñado en ir a buscarlos.

Cuando llegues hasta ellos diles
que mi recuerdo ni un minuto les ha fallado
como tú... en mi corazón, para siempre, 
se adentraron.

En mis manos caíste con el primer respiro,
y en mis manos, con el último, te has ido.
Rubi, me diste toda tu vida,
me diste todo tu tiempo,
y ahora me has dejado huérfana
y no encuentro consuelo.

Os puedo decir que cumplió el 25 de Mayo 14 años y hasta el último momento se comportó con la alegría y con el brío de una cachorra.

Era tan noble como sólo ella sabía serlo, jamás mordió ni hizo daño a nadie.

Sé que todos los animales son especiales, pero... no todos iguales.

Sé, también, que no la olvidaré en lo que me resta de vida, pero hoy se me hace tan duro no poder mirar esos ojos tan limpios; no poder tocarla... que me acaricie y acariciarla.

Creo que ya tendré para siempre los pies fríos que era donde ella se tumbaba... (no a mis pies, sino encima) hiciera calor o frío.

No puedo decir que la quise, porque la seguiré queriendo siempre, siempre... desde el alma.
(Como ella a mí).

(30-05-2012)