martes, 17 de julio de 2012

Vislumbre...

No es fácil llegar a saber en qué punto hay que abrir un agujero para provocar un flujo de energía y luz que nos atraviese. Aún es más difícil llegar a averiguar, tener la certera intuición de sobre qué objeto material o entre qué practicar ese agujero que operará el milagro que traiga aire nuevo y, en ocasiones, cambie nuestras vidas.

Para algunos consiste en encender la pantalla del ordenador, o en hacer un viaje inesperado, o, como aquel anacoreta que salía en una película, tirar botellas con mensajes por el wáter de tu propia casa, o besar en el lugar y momento exactos.



Agustín Fernández Mayo.