miércoles, 22 de junio de 2011

Y no amanece...


Hoy no amaneció,
ni a las 7, ni a las 8, ni a las 12...
Ha sido noche cerrada durante todas las horas.
Se sienta junto a la ventana.

Ningún fulgor se filtra. Lobreguez.
De fondo suena, a intervalos,
el tímido drip-drop
de esa delgada e intensa
lluvia de Abril que no cesa.

Un olor a farigola se desprende
de la vela que alumbra sus manos,
dándole a su desfigurado pulso
el sosiego que su alma precisaría.

La tuvo que encender para escribirle;
para decirle algo que le solazaría:
Ya se encuentra bien, ya no le añora.
Ya no resta cada grano de arena
que cae tras el cristal del reloj.

Murió la espera
y ella... con ella.

Vuelve a desadormecerse un nuevo día.
... Y no amanece.