martes, 29 de julio de 2014

Siemprear...


Era, hasta en la expresión de su decir, tan bella como la ola que, pícara, desentonaba en la mar aburridamente calmada; o como la luz que se filtraba cuando, entre tinieblas, la oscuridad acechaba; o como la amapola que, salvaje, crecía en tierra desértica, árida y extraña.

Las musas la perseguían, pero daban traspiés ya que iban descalzas. 
Ella, con sus chanclas de colores, entre risas gritando, más que cantando, "help"... se negaba a ser alcanzada.

No fue capaz, por más que quiso, de dedicar una Oda a su majestuosa Alhambra, aún adorando todos sus rincones y cada una de las piedras que daban gloria y nombre a su querida Granada.

Tantas palabras trabadas como letras desencontradas cincelaban su blanco lienzo... el cual esperó, paciente, renacer con un corazón transcrito con todo lo que ella estaba sintiendo y no se atrevió a dejarlo brotar para ser leído y conocido.


Hay tiempo para volver a intentarlo.
Siemprear fue, será y es... ayer, hoy y después.

Siemprea, ¡help!
¡No hay pasado!

La luna está llena de socorros, tanto como mi alma cautivada por locos, colgados del cielo, como tú, como yo... que lo seguimos intentando aún en los intervalos del "ya veremos", del "no sé" y del "de cuando en cuando".

Si continúas siempre siempreando la imaginación no quedará sin saldo y lo que, real y no, deseas... llegarás, apasionadamente, a tocarlo.

lunes, 14 de julio de 2014

Color tristeza...

Sólo quedamos dos almas.

Pájaros y humanos desaparecieron
de aquella calle peatonal
tras iluminarla el rayo
y unas cuantas gotas el asfalto barnizar.

Volvimos a vernos después de,
en aquél aguacero demorado,
nuestra primera vez devorar
compartiendo paraguas y humedad.

Ya no fue lo mismo.
Baldosas mates y difusas,
piel almidonada,
nubes púrpuras...
amorataban boca y faz.

Unos ojos castaños glacial,
los otros azul hielo.
Locuacidad lacerada.
En las plantas: estiaje céreo.

Con cierta pesadumbre,
convinimos esperar a que,
entre noche y tierra,
lloviese otra vez...
mas se duda que gotee
lo que nos reconvirtió
... al revés.

No pensábamos indiferencia,
pero se asemejó
con un color crepúsculo
de tristeza, tal vez.

Endeudódese
lilas y lirios con el paisaje.
Y él... conmigo.
Y yo... con él.


viernes, 11 de julio de 2014

Amaríate...






















"Amaríate", exclamaste.

Pensando en un diminutivo,
en un un dialecto... no sé,
contesté: "qué",
exclamando, como tú, 
más que preguntando.

Reíste,
y yo, sin saber de qué, 
también.

Esclareciste que era un deseo
viable, latente y sincero
que nació sin dominio
y que no tenía freno...
Que lamentabas no ser poeta
para contaminármelo en verso. 

Concluí que "Amaríate"
no es hoy, 
ni presente,
ni indicativo,
ni luna que se llene,
ni agua que fluya en río.

Querer... quería
y heñí tu cariño con algo de magia blanca.
Codicié que estallase en mi interior
y pudiera, como un regalo,
en tu cara reflejarla.

¡Cuán poco mando en mí!
No lo conseguí.
Te amaría si supiera,
pero no es así.

A amar... no aprendí,
tampoco a mentir.

martes, 8 de julio de 2014

Así fue...




Pasaba por aquí,
con rumbo recto y fijo;
mas el timón,
capitán del destino,
viró sin previo aviso
haciendo un giro singular.

Encallé en tu prohibida morada
con mi piano de cola
atado
a las cuerdas de mi guitarra,
y la mirada,
por enredarse con la tuya,
en lo desconcertante del azar,
arrebolada.


Pensándotelo un instante,
con todo mi equipaje,
me asilaste en tu particular hábitat,
consintiéndome
a los rincones de su universo
trastocar
y a las esquinas, y a tu flequillo,
desorganizar.

¡Qué de acordes vibraron en tan escasas jornadas!

Pasaba por aquí y me quedé.

                                    Así fue...

Pero... las gaviotas, 
tan errantes ellas,
emprendieron vuelo
tirando de mis hilos
hacía un epicentro de mares
poco intrincados,
más sobrios,
menos intensos...
donde las olas
no me salpicaban por encima de la rodilla
y las algas no me provocaban
en el estómago cosquillas.

-Por allí nado ahora
como carpa en una pecera
aunque el oxigeno, 
a veces,
se niegue a insuflar
brisa
en mis venas.-

Tal vez... vuelva a naufragar,
alguna vez,
en tu mismo estanque,
mas, tal vez,
ya no serás aquél astro de fuego,
templado y magnánimo,
que allí encontré
aquella insólita tarde.

Yo, en mi cascarón viajero,
tal vez, sí sea... ya, 
luna rota
en la penumbra recostada,
y... puede que 
de mi lado oculto
sólo germinen telarañas
incapaces de tejer
en lo oscuro de tu lado
otra escala musical que no sea
el séptimo suspiro de un tango ebrio
y el quinto del preludio
de un blues inacabado
que quizá sean prendidos,
al ritmo, suave, de una bossa nova
en lo fugaz del abordaje
de nuestra común historia.



sábado, 5 de julio de 2014

Cómo...


Cómo me explicas
que en mis pupilas, 
descarnadas,
por tanto haber arañado distancia,
viva una samba, 
de día de fiesta,
con axioma de día de diario
amortajando
el por qué al que no das respuesta...
donde duelen los latidos 
y caracolea 
el lazo sesgado,
abrazando nada si tú eres la nada
y renegando cielo 
porque no estás en él.

¿Cómo?

viernes, 4 de julio de 2014

"Ya"...


Madre, ya soy tú,
como tú, visto de gafas, y las limpio
con el vaho de tu boca.

Repito tus frases, hechas mías.
Ya interioricé y he puesto a prueba tus consejos,
ya tengo tu sentido del humor y río a carcajadas en la lluvia,
ya he probado tu cáliz y no quiero.

Más madre que hija soy y, sin embargo, busco
tu regazo cada noche,
como cuando Yo era yo
y tú eras la mujer que soy.

Ángeles Fernangómez.

miércoles, 2 de julio de 2014

Nostalgia...





















En estas tardes sin justicia
donde el estío no es sofocado 
el delirio se manifiesta
de igual modo que 
en las fieras noches
en que el sueño es velado,

-en ese ciclo nostálgico, que me envuelve, desde 
el 21 de Octubre al último día de verano-

a las yemas de mis dedos
le fueron brotando lapsos 
pliegues desolados
a la comisura de mis manos...
siendo condenados en mi boca,
a morir,
aquellos besos despojados que 
pervivieron entrecortados suspiros
en lo sacro de su nombre
de hombre
al profanar mis labios, ya
... sajados.